Declarado monumento por Real Orden del 28 de mayo de
1.921. Ubicación y horario de visita: Plaza del concilio de Trento todos los
días de 10 a 13 y 16 a 19
Fue fundada en 1.419 por Juana Rodríguez Maldonado, viuda
de don Juan Sánchez Sevillano quien en 1.390 ocupaba el cargo de Comendador
Mayor de Castilla, que fue quien mando construir dicho convento, y posteriormente
esposa de don Fernando Alfonso Olivera; para mujeres nobles; también es
conocido como convento de las madres dominicas. Gobernaba la diócesis salmantina Fr.
Alonso de Cusanza prelado dominico de gran reputación que había sido Provincial
de su Orden y confesor de Enrique III. En la carta fundacional, fechada el 6 de
noviembre de 1.419, da licencia a Fr. Pedro de Santa María, Vicario Provincial
de la Provincia de Castilla de dicha orden y a Dª Aldonza Manuel, Priora del
Convento dominico de Medina del Campo para que tomen posesión de los edificios,
a los que por primera vez denomina Monasterio de Santa María
de la Consolación de las Dueñas.
Una segunda donación efectuada por Dª Ana de Paz, noble
salmantina y alguna ayuda de los reyes Católicos, permitieron la construcción
del maravilloso claustro, tuvo lugar en 1.530.
Edificado sobre el mismo solar de la casa de doña Juana (su
fundadora) todavía se conservan restos del palacio morisco, sobresaliendo la
portada con arco apuntado de acceso al museo y bellos alicatados, la puerta mudéjar
del claustro de una
extensión de 3,44 x 2,91 m. que según el arquitecto Gómez Moreno es la más
notable , con su arco de herradura apuntado y doble arquivolta y alfiz; mientras que dos puertas mudéjares de
alicatados con alfiz de entrelazos se perdieron tras el derrumbamiento que se
produjo en 1963. La iglesia, construida en 1533, bajo la dirección de Rodrigo
Gil de Hontañon, aunque también se ha atribuido a Juan de Álava y fray Martín
de Santiago, es de una sola nave ojival con bóvedas góticas con nervios
apoyados en ménsulas, y de fachada plateresca y contiene buenos retablos
barrocos. De la misma época es el claustro, una de las principales joyas
arquitectónicas del renacimiento español, de cinco lados desiguales y compuesto
de dos galerías, con la inferior formada por arcos rebajados y capiteles
magníficamente tallados y la superior arquitrabada y con doble número de arcos
y columnas que la inferior, bellamente tallados con grutescos, cabezas y
animales monstruosos en un auténtico derroche de imaginación creadora. En la
parte exterior se pueden apreciar intercalados entre los arcos 23 bellos medallones
de bustos humanos, 15 masculinos y 8 femeninos.
Por encima de los
capiteles-zapata discurre un friso decorado, tanto exterior como interiormente,
con 23 medallones, con motivos florales y escudos de los Dominicos.
Como curiosidad
hay que apuntar la tumba en la parte baja del claustro y el óleo que representa
a Chikaba o Tshikaba la santa negrita, princesa guineana
que, tras haber sido secuestrada a los nueve años de edad y cargada en un barco
negrero rumbo a Sevilla, profeso en 1704 en este convento y fue dominica de
clausura en el desaparecido convento de Santa María Magdalena de Salamanca falleció el 7 de diciembre de 1748 y en 1810
las monjas de ese convento vinieron huyendo al convento de las Dueñas y
trajeron los restos de “La Santa Negrita”
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