Situado
en la Plaza de San Boal encontraremos esta iglesia que su origen fue un templo
románico construido en el siglo XII, dedicado a San Baudilio o Boal, pero en
1.740 fue reconstruido, a instancia de don Juan Antonio de Guzmán, marqués de Almarza,
ya en estilo barroco. La fachada está construida por dos pisos separados por
moldura, cuyas ventanas se distribuyen en calles marcadas por pilastras. La
puerta que aparece desplazada del centro, contiene en las enjutas del arco los
escudos de los Herrera y de los Enríquez de Sevilla pertenecen a la familia de
los Marqueses de Almarza. Sobre el frontón circular y partido de la puerta se
encaja una hornacina con la imagen de San Boal, obra de Simón Gavilán Tome, que
a su vez se remata con otro frontón rectilíneo.
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