En
la misma plaza de san Boal se encuentra este palacio de época renacentista,
pero aun con elementos góticos, se construyó y modifico en los siglos XV y XVI.
Fue
comenzado por don Come Gutiérrez de Herrera y su esposa Berengüela González de
Corvelle en el último cuarto del siglo XV( 1.470) y continuado por Arias
Corvelle, marques de Almarza, y su esposa
doña María de Moctezuma descendiente del
emperador azteca En su fachada destacan la puerta y el balcón enmarcado en un
alfiz y coronado por los escudos mobiliarios (de Herrera –dos calderas y
bordura con otras doce, y de Enríquez de Sevilla- cuartelado con castillos y
cruces flordelisadas) y la pintura de todo el paramento semejando cuarterones. Hay
que recordar que don Enrique Enríquez era en 1.452 uno de los miembros más
influyentes de la sociedad salmantina, era descendiente directo del infante don
Enrique hijo de Fernando III el Santo, hermano y acérrimo enemigo de Alfonso X
el Sabio. Fue propiedad de los marqueses de Almarza y de Cerralbo, según el
relato de Antonio G. Maceira, doña María de Almarza había muerto y cuando un
criado intento quitar a su cadáver un anillo, se despertó, pues solo estaba en
estado cataléptico.
En su interior existe una hermosa escalera con
abundante y variada decoración renacentista y un patio de dos pisos, el bajo
con arcos de medio punto y medallones que son una autentica galería de
retratos, y en el superior con una balaustrada y escudos en lugar de
medallones. Una inscripción en el patio, del siglo XVI, recuerda quienes fueron
los dueños del palacio y quienes sus más insignes huéspedes, entre los que se
encontró el general ingles Wellington uno de los artífices de la victoria de
Arapiles frente a las tropas napoleónicas.
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