Como figura en
el Fuero de Salamanca, actualmente solo quedan restos, siendo los más
interesantes los de la parte oeste, que son los que dan a la calle de San
Pablo, donde todavía se puede apreciar una cenefa decorativa de estilo gótico,
así como vestigios de lo que fue su torre.
Situada en un
principio fuera del recinto amurallado, en lo que hoy es el final de la calle
San Pablo, lo que fue la Puerta de San Pablo haciendo esquina con el paseo del
Rector Esperabé, fue fundada en 1108 por el caballero portugués Esteban
Rodríguez.
Era parroquia de los portogaleses y si bien inicialmente era de estilo románico mudéjar,
de tres naves y con tres capillas en la cabecera y su construcción era de
ladrillo con techumbre de madera, este aspecto humilde cambio en 1529 al
adosársele una torre y una nueva fachada en el lado oeste, hecha de piedra y
coronada por una fila de estatuas. El artífice de esta reforma fue el obispo Francisco
Sánchez de Palenzuela, razón por la que en la esquina de la calle San Pablo y en
diversos lugares del interior figuran sus escudos. El ancho de la capilla mayor
era de 5,85 m. y los muros de 1,20 m según los datos de Manuel Gómez Moreno,
realizados entre los años 1901 a 1908 en su obra Catalogo monumental de España. El volumen de los ladrillos era de
39 centímetros de largo, 20 cm. de ancho y 5 cm. de alto. En 1599 se les
añadieron 30 estatuas de santos en la fachada, hoy ausentes, permanece la repisa
con adornos florales que separa las dos ventanas que se encuentran una sobre
otra, por encima del arco de medio punto, algunas de las 30 figuras de santos
se pueden ver todavía en los ángulos del claustro del colegio de las Siervas de
San José, según destaca Luís Frayle; y
en la actualidad forma parte del conjunto en el que se ubica el Hotel San Polo,
que se realizó en 1994 con el proyecto de los arquitectos Reyes y Gil, según
reza en una lápida.
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