Compuesta por tres naves, la nave central es más alta que
las laterales lo que permite el paso de la luz a través de ventanas románicas,
crucero saliente y cabecera triabsidial semicircular, a la Catedral Vieja se
accede desde la Nueva. Después de haber bajado las escaleras de acceso, a la
derecha en el muro de los pies de la nave del Evangelio se encuentra la capilla de San Martín también conocida con el nombre del ACEITE,
decorada toda ella con
pinturas góticas, una de las cuales aparece firmada por un tal Antón Sánchez de
Segovia en 1.262, lo que resulta sorprendente por cuanto en esa época no era
norma que los artistas firmaran sus obras, con 5 profetas y 5 Ángeles con
instrumentos musicales. Está estructurada a modo de retablo, dispuesto en torno
al hueco arquitectónico, que funciono como hornacina y que debió acoger una
escultura de la Virgen. Están representadas las figuras de San Joaquín y Santa
Ana, profetas y Ángeles músicos. Está sepultado el obispo Rodrigo Díaz (1.339)
y el obispo Pedro Pérez (1.262) fundador de la capilla...Se guarda un magnifico
conjunto de sepulcro de los siglos XIII y XV, los de Diego Arias, Doña
Malfanda, Juan Fernández, Gonzalo de Vivero Sancho de Castilla, del siglo XV el
del obispo Pedro Dominicano del XIV y el de Fernando Alonso del XIII.
En la pared del evangelio existen otras pinturas murales
que representan 18 hechos, tenidos por milagrosos atribuidos al Cristo de las
Batallas, que fueron pintadas por Juan Sánchez en 1.615. Saliendo de esta
y siguiendo la nave del Evangelio se
llega a la capilla mayor que
alberga uno de los retablos más representativos del siglo XV compuesto de 53
tablas pintadas en estilo gótico internacional por Nicolás Florentino o si se
prefiere Dello da Niccolo Delli entre 1.433 y 1.445 (cada una de 1,04 por 0,76
metros). Las tablas pintadas al temple se disponen en 11 calles de cinco pisos
y narran distintos momentos de la vida de la Virgen y de Cristo en un orden que
se inicia en el extremo inferior izquierdo y que se culmina en la tabla derecha
del último piso. El llamativo retablo se remata con la pintura mural que
representa el Juicio Final, de 1.342, que también pinto Nicolás Florentino. En
el centro del retablo los dos primeros pisos de tablas se interrumpen para
dejar espacio a la imagen de la Virgen de la Vega.(0,72 es su altura) Esta
escultura del siglo XII, año 1.230, de
marcado carácter bizantino como lo evidencian los inexpresivos rostros de María
y del Niño, está realizada en madera y recubierta de cobre dorado, salvo los
rostros que son de bronce y en cuyo conjunto se incrustan esmaltes y piedras
preciosas, parece ser que fue obra de artistas limosinos asentados en
Salamanca. Es la patrona de la ciudad.
Junto a la Capilla
Mayor se encuentra el órgano portátil de Francisco de Salinas fechado entre 1.560 y 1.570.En uno de los tableros del órgano
aparece representada “El árbol genealógico de Jesús”. Un magnifico tríptico
dedicado a San Miguel, a Santiago y a San Francisco que realizo Juan de Flandes
a comienzos del siglo XVI. Carece de coro, en 1.847 se retiró el que se
encontraba instalado.
La entrada al
claustro, (tardorrománico antaño usado como vergel de olivos y camposanto)
cuyas obras se iniciaron en 1.170(entre 1.162 y 1.178) y reformado en el siglo
XVIII. El claustro primitivo ha desaparecido casi por completo, excepto las
paredes de dos galerías de las capillas. Se realiza a través de una magnifica
puerta románica con bellos capiteles; contemporáneo de la
Catedral Vieja fue construido a lo largo del siglo XII, aunque fue
destruido por el terremoto de Lisboa de 1.755 y restaurado en 1.785 por
Jerónimo García de Quiñones (hijo de Andrés García de Quiñones)y Ramón Calvo
tapándose entonces algunos de los sepulcros que a comienzo de este siglo se
abrieron de nuevo, durante la restauración emprendida por el obispo Cámara y
dirigida por Repulles y Vargas en 1.902, se accede a el desde el brazo
meridional del crucero, donde se alza una portada de soberbia calidad(provista
de fustes estriados zizagueantes, capiteles zoomorfitos y enjutas figurativas
caladas). Coincidiendo con el pontificado de Sancho de Castilla (+1.448) el
claustro fue cubierto con una techumbre mudéjar de la que aún se conservan
fragmentos descontextualizados aislados.
De las cuatro capillas de que dispone, las más antigua es la de
Talavera o del rito mozárabe ,antigua sala capitular de San Salvador
como acredita una escritura de 1.297,, datándose en torno a 1.180,según cierta
donación otorgada por Doña María, viuda de Gonzalo Pérez en 1.243 para que perpetuamente se cantase
una misa de Santa María; está cubierta por una bóveda de nervios entrecruzados
al estilo musulmán, todos ellos diferentes y que forman al cruzarse una
estrella de ocho puntas, van de dos en dos paralelas sin tocar el centro y
formando una estrella .Rodrigo Arias Maldonado natural de Talavera, es quien
dispuso a inicios del siglo XV( en 1.510) la celebración del culto según este
rito, en ella se conserva el pendón que ondearon sus nietos los comuneros
Francisco y Pedro Maldonado ejecutados tras la derrota de Villalar. Su
disposición es un cuadrado de 8,20 m. con ventanas hacia el claustro, a ambos
lados de la puerta, aunque hoy tapiadas, de la una se ven por dentro los dos
arcos, su columna y el otro grande que los inscribe. Cubre la capilla una
cúpula esquifada octogonal, que hace recordar las obras musulmanas, por los
ochos arcos, paralelos de dos en dos, que la cruzan y apoyan formando en medio
un sino de lazo en ocho. Ante el altar,
una reja marca el enterramiento del fundador y su esposa, y una inscripción en
la parte superior comunica quien fue y cuando murió el doctor Talavera. De las
imágenes del retablo, se adjudican a Luís Mitata, excepto la de la Virgen que
se sitúa a mediados del siglo XIV. Sobre la entrada cuelga el “pendón de los
comuneros” que perteneció a Francisco Maldonado.
Contigua se levanta la capilla de Santa Bárbara fundada en 1.334 con el sepulcro
yaciente del obispo Juan Lucero,(1.362)
su fundador en el claustro, el de García
Ruiz y el de Bertrán Bertrañez, en su frente cobija un arco, a los costados se
abren arcos sepulcrales muy agudos y con gabletes , y en el altar destaca la
decoración a base de cerámica de Talavera; y el retablo está presidido por una
imagen de Santa Bárbara del siglo XVI,
entre la rejería y el altar, hay un sillón frailero en el que se
sentaban los alumnos que debían someterse a examen de doctorado, mientras que
el profesorado se situaba en los bancos adosados a los muros. En esta capilla
pasaban la noche antes de dicha prueba (de ahí el dicho estar en capilla)
mientras que durante el examen, rodeados de público, el padrino hacia el elogio
y otro opositor o doctor mostraba los defectos (a esto se llamaba hacer la
gallina y el gallo) mientras que el alumno contestaba de espalda al altar. La
votación era secreta, haciéndose con bolas y si tenía más nota que Reprobatus
que Aes salía por la puerta excusada o de los Carros, la trasera del claustro,
con el consiguiente riesgo de abucheo, por el contrario si aprobaba se
repicaban las campanas y se celebraban fiestas. Esta práctica subsistió hasta
1.843.En esta capilla también se celebraba la elección, proclamación y
juramento del rector y de sus consiliarios.
Luego está la capilla de Santa Catalina o del canto fundada en 1.392(aunque fue fundada por
el obispo Vidal en 1.196) y se agrando en 1.486; durante muchos años se
convirtió en la biblioteca del Cabildo, quien en 1.533 poseía una librería tan
rica como la de Universidad en 1.610; llamada así por el tríptico de Francisco
Gallego consagrado a la Santa y por haberse dedicado a cátedra de Música .En el
resto de la capilla esta la biblioteca donada por el obispo Gonzalo Vivero. Un
cuadro que pondría ser de Sánchez Coello con retrato de don Gregorio Fernández
de Liébana. Fundador de una de las Capillas de la Catedral Nueva. En este lugar
esta enterrado el compositor Manuel Jose Doyagúe.
También hay que destacar la de San Bartolomé o de Anaya, el Cabildo la cedió en 1.422 a D. Diego de Anaya, para su sepultura, y en
cuyo centro está la tumba yacente en alabastro de Diego de Anaya y Maldonado
arzobispo de Sevilla, fallecido en 1.437,atribuido a un escultor desconocido
del valle de Rhin; apoyada sobre diez leones en forma de base que lo sustentan
y protegido por una riquísima reja compuesta de detalles góticos y
renacentistas, también de autor desconocido, y que fue colocada en 1.514 por
los colegiales del Colegio Mayor de San Bartolomé. Ahí yacen los dos hijos que
le dieron sus amores con Maria de Orozco, el tronante arcediano Juan Gómez y
don Diego.
También está el sepulcro de don Gutiérrez de Monroy y de
su esposa doña Constanza de Anaya, considerado el más bello sepulcro del
renacimiento español situado debajo del órgano, uno de los más antiguos de
Europa que está situado sobre una tribuna mudéjar del siglo XVI. Es amplia,
rectangular y ochavado su testero, dos bóvedas con tercelete y combados la
cubren, pintadas de azul con estrellas de oro a principios del siglo XVI y a la
redonda de los muros ábrese una serie de arcos seùlgrales, con follajes de
gusto alemán por capiteles. El arco divisorio de las bóvedas ostenta en sus
repisas Ángeles mostrando libros, así como de cabezas humanas ya solas ya en
grupos.
La Capilla de San Martín o del aceite colocada debajo de la torre de las
campanas, sobre la que se construyó la torre de la Catedral Nueva; tiene un
magnifico sepulcro policromado del obispo Rodrigo Díaz (1.335-1.339) y sus
paredes presentan bellas muestras de la pintura mural gótica, firmadas por
Antonio Sánchez de Segovia y fechadas en 1.262. Su altar es obra de Bartolomé
Bermejo y el famoso enterramiento de Guillen de Castro, con un magnifico
relieve de la Piedad obra de Juan De Juni. Es de piedra policromada y tiene
forma de arcosolio recuadrado por columnas de orden corintio. Y una imagen de
Santa Maria de la Claustra del siglo XIII. Fue fundada por el obispo Pedro
Pérez (1.247-1.264).
Por lo que
respecta al MUSEO DIOCESANO, instalado en las salas capitulares,
cabe decir que entre las obras que guarda merece especial atención las pinturas
de Fernando y Francisco Gallego, de estilo flamenco, en la tercera sala hay
cuadros de Pedro Bello. En el primer piso está el Tríptico de San Miguel,
pintado por Juan de Flandes hacia 1.505, con delicados efectos de luz y color,
en el aparecen representados San Miguel, Santiago, San Francisco y una Piedad.
Escuelas catedralicias
fueron el origen del
Estudio General de Salamanca, primero y de la Universidad despides. Tenían su
sede en la Catedral. Poco se sabe de ellas aunque se rastrea su existencia
hacia 1.130, cuando un maestrescuela asistió al concilio de Carrión(al decir de
Eutimio Cuesta). También en algunos documentos del siglo XII, sobre donaciones
de ayudas de estudios (concretamente uno de 1.163) y los nombres de ciertos
cleritos extranjeros que algunos autores suponen estudiantes. Muy probablemente
estas Escuelas estuvieron destinadas inicialmente a la formación de sacerdotes,
pero es lógico que, dado que escuelas casi no existían en la época, las
familias importantes enviasen a sus hijos a estudiar allí, aunque no fueran a
dedicarse después a la iglesia. La bondad de sus enseñanzas hizo que Alfonso IX
decidiera convertirlas en Estudio General del Reino de León en 1.218, para que
los estudiantes no tuvieran que ir al de Palencia en Castilla. La posterior
unificación de los dos reinos (Castilla y León) en la corona de Fernando III,
hizo languidecer al Estudio palentino ante la pujanza del Estudio de Salamanca
y este acabo siendo elevado a Universidad en 1.263 por Alfonso X.
El órgano de la segunda mitad del siglo XV tiene una repisa con trazado
morisco de lazo de a ocho y racimos de mozárabes. Con pinturas de Pedro Bello.
Originalmente contó con 149 tubos y 49 teclas, con extensión de cuatro octavas
y una nota. En 1.310 se celebró en la Catedral el concilio nacional convocado
para ver y fallar la causa de los Templarios. En 1.311 nació y fue bautizado el
rey Alfonso XI.
Las escrituras del 15 de septiembre de 1.311 y 29 de
enero de 1.326 confirmaron a la Catedral los fueros y privilegios de que
gozaba. Con la muerte de Alfonso XI ocurrida en 1.350 se abrió para Castilla un
periodo de luto y sangre, a causa de la debilidad del obispo Juan Lucero, que
cediendo a los criminales deseos del rey Pedro I (el cruel) consistió en romper
su unión con la infeliz Blanca de Borbón y casarle con la infortunada Juan de
Castro, atrayendo sobre la ciudad la cólera de Enrique de Trastámara; victimas
de aquellas discordias fueron los salmantinos Diego Arias Maldonado y tres
hijos de Alonso Pérez.
Los reyes Enrique II, Juan I, Juan II y Enrique IV y los
santos Vicente Ferrer y Juan de Sahagún la honraron con sus vistas; y los
concilios de 1.381 y 1.410 se celebraron en la Catedral para prestar obediencia
a los papas de Aviñón.
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